adEzq. 31:7
by2Ped. 3:9

Daniel 4

Capítulo 4

Sueño y locura de Nabucodonosor

1
Los vers. 1-3 aparecen en el texto arameo como 3:31-33.
Nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: «Que abunde su paz
O su bienestar.
,
c.
2»Me ha parecido bien declarar las señales y maravillas que ha hecho conmigo el Dios Altísimo d. 3»¡Cuán grandes son Sus señales,

Y cuán poderosas Sus maravillas e!

Su reino es un reino eterno,

Y Su dominio de generación en generación f.

4»
En arameo, cap. 4:1.
Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y próspero h en mi palacio.
5»Tuve
Lit. Vi.
un sueño que me hizo temblar j; y estas fantasías, estando en mi cama, y las visiones de mi mente
Lit. cabeza.
me aterraron l.
6»Por lo cual di órdenes que trajeran ante mí a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño m. 7»Entonces vinieron los magos
O sacerdotes adivinos.
, los encantadores, los caldeos
O astrólogos.
y los adivinos y les
Lit. ante ellos.
conté el sueño. Pero no pudieron darme su interpretación q.
8»Pero al fin vino ante mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar r, como el nombre de mi dios, en quien está el espíritu de los dioses santos
O posiblemente, el espíritu del Dios santo, y así en el resto del cap.
,
t, y yo le
Lit. ante él.
conté mi sueño:
9“Oh Beltsasar, jefe de los magos
O sacerdotes adivinos.
, ya que sé que en ti está el espíritu de los dioses santos w y que ningún misterio x te confunde, declárame las visiones del sueño que he visto, y su interpretación y.

10”Y las visiones de mi mente, que vi estando en mi cama z, fueron así:

Vi un árbol en medio de la tierra,

Cuya altura era muy grande aa.
11”El árbol creció y se hizo fuerte,

Su copa
O altura.
llegaba hasta el cielo ac,

Y era visible desde los confines de la tierra.
12”Su follaje era hermoso ad y su fruto abundante,

Y en él había alimento para todos.

Debajo de él hallaban sombra ae las bestias del campo,

Las aves del cielo hacían morada en sus ramas af,

Y de él se alimentaban todos los seres vivientes
Lit. toda carne.
.

13”En las visiones de mi mente que vi estando en mi cama ah, había un vigilante, un santo ai que descendió del cielo aj. 14”Clamando fuertemente, dijo así:

‘Derriben el árbol, corten sus ramas ak,

Arranquen su follaje, desparramen su fruto.

Huyan las bestias que están debajo de él al,

Y las aves de sus ramas.
15’Pero dejen en tierra el tocón
O cepa, y así en los vers. 23 y 26.
con
Lit. de.
sus raíces ao,

Con ataduras de hierro y bronce

Entre la hierba del campo;

Que se empape con el rocío del cielo,

Y comparta
Lit. sea su porción.
con las bestias la
O en la.
hierba de la tierra.
16’Sea cambiado su corazón de hombre,

Y séale dado un corazón de bestia,

Y pasen sobre él siete años
Lit. tiempos.
,
as.
17’Esta sentencia es por decreto de los vigilantes,

Y la orden es por decisión de los santos,

Con el fin de que sepan los vivientes

Que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres,

Y se lo da a quien le place at,

Y pone sobre él al más humilde de los hombres au’.

18”Este es el sueño que yo, el rey Nabucodonosor, he tenido
Lit. he visto.
. Y tú, Beltsasar, dime su interpretación, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a conocer su interpretación aw. Pero tú puedes, porque el espíritu de los dioses santos está en ti ax”.

19»Entonces Daniel, a quien llamaban Beltsasar, se quedó atónito por un momento, y le turbaron sus pensamientos ay. El rey le dijo: “Beltsasar, no dejes que el sueño ni su interpretación te turben az”. “Señor mío ba”, respondió Beltsasar. “Sea el sueño para los que lo odian a usted, y su interpretación para sus adversarios bb. 20”El árbol que vio, que se hizo fuerte y corpulento, cuya copa
O altura.
llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra bd,
21y cuyo follaje era hermoso y su fruto abundante, y en el que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, 22es usted, oh rey, que se ha hecho grande y fuerte, su grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y su dominio be hasta los confines de la tierra bf.

23”En cuanto al vigilante, al santo que el rey vio, que descendía del cielo y decía: ‘Derriben el árbol y destrúyanlo, pero dejen el tocón con
Lit. de.
sus raíces en la tierra, con ataduras de hierro y bronce en la hierba del campo, y que se empape con el rocío del cielo, y que comparta
Lit. sea su porción.
con las bestias del campo bi, hasta que pasen sobre él siete años
Lit. tiempos.
,
bk’,
24esta es la interpretación, oh rey, y este es el decreto del Altísimo que ha venido sobre mi señor el rey bl: 25Será usted echado de entre los hombres, y su morada estará con las bestias del campo, y le darán hierba para comer como al ganado, y será empapado con el rocío del cielo. Y siete años
Lit. tiempos.
pasarán sobre usted, hasta que reconozca que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place bn.
26”Y en cuanto a la orden de dejar el tocón con
Lit. de.
las raíces del árbol bp, su reino le será afirmado
Lit. duradero.
después que usted reconozca que es el Cielo el que gobierna br.
27”Por tanto, oh rey, que mi consejo le sea grato bs: ponga fin a
O redime ahora.
sus pecados haciendo justicia, y a sus iniquidades bu mostrando misericordia a los pobres bv. Quizás sea prolongada su prosperidad bw”.

28»Todo esto le sucedió bx al rey Nabucodonosor. 29»Doce meses después by, paseándose por la azotea del palacio real de Babilonia, 30el rey reflexionó, y dijo: “¿No es esta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia
Lit. casa.
real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad ca?”.
31»Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino
Lit. respondió.
del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado,
32y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo. Te darán hierba para comer como al ganado, y siete años
Lit. tiempos.
pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place cd”.

33»En aquel mismo instante se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo ce hasta que sus cabellos crecieron como las plumas de las águilas y sus uñas como las de las aves.

34»Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón
Lit. conocimiento.
, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre.

Porque Su dominio es un dominio eterno cg,

Y Su reino permanece de generación en generación ch.
35»Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada ci,

Mas Él actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo

Y entre los habitantes de la tierra cj.

Nadie puede detener
Lit. golpear.
Su mano cl,

Ni decirle: “¿Qué has hecho cm?”.

36»En ese momento recobré mi razón
Lit. conocimiento.
. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos co para gloria cp de mi reino, y mis consejeros
O altos oficiales.
y mis nobles vinieron a buscarme. Y fui restablecido en mi reino
O soberanía.
, y mayor grandeza me fue añadida cs.
37»Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo ct, porque Sus obras son todas verdaderas
Lit. verdad.
y justos
Lit. justicia.
Sus caminos cw. Él puede humillar cx a los que caminan con soberbia».
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